Cambio Climático y el Ecosistema, Parte IV

Cambio Climático y el Ecosistema, Parte IV

Fotos: Manuel Caraballo Núñez

Continuando mis exposiciónes  sobre el Cambio Climático, en interés de que aprendamos la problemática para que podamos contribuir a que las consecuencias para nosotros sean menos funestas y a propósito del inmenso calor que estamos recibiendo en el trópico y otros lugares, así como la inmensa sequía que tenemos por la falta de lluvia, quiero destacar la correspondencia de esto con las tendencias en el aumento de la temperatura promedio global del último siglo, así como el aumento concomitante en la concentración atmosférica de diversos gases de invernadero como el bióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), aumentando la inquietud sobre las implicaciones de este fenómeno, tanto en los ecosistemas naturales como en los manejados.
Las consecuencias del cambio climático no sólo implican variaciones globales en la temperatura sino también cambios regionales en los patrones de precipitación y por lo tanto, en los procesos dependientes de la disponibilidad de agua como la productividad primaria y la disponibilidad de nutrientes en el suelo.
Cada uno de nosotros contribuye al problema del cambio climático porque nuestras actividades cotidianas requieren la quema de combustibles fósiles y producen las emisiones de dióxido de carbono (CO2), lo que es uno de los gases principales que causan el cambio climático.

Las variables climáticas que deben seguirse en el tiempo incluyen: la temperatura (máxima y mínima), la humedad relativa, la lluvia, el viento (velocidad y dirección), la presión atmosférica y la radiación. Sin embargo, desde el punto de vista de la relación del cambio climático y el carbono, también es importante medir concentraciones y flujos de carbono.

Es bueno que sepamos que en el caso de los ecosistemas templados, donde la variación anual de la temperatura afecta de manera importante la producción primaria y la descomposición, la manipulación de la temperatura del suelo puede contribuir al entendimiento de las consecuencias del aumento de la misma en la descomposición y la mineralización de carbono y nutrientes. 

En el caso de los ecosistemas tropicales áridos y semiáridos, la variación en la disponibilidad de agua es primordial. En estos casos, el enfoque experimental está orientado a la manipulación de la disponibilidad de agua en varios procesos. Afortunadamente  existen ecosistemas para los que la relación aumento de temperatura-disponibilidad de agua puede jugar un efecto sinérgico muy importante, como los ecosistemas desérticos templados.

Un informe científico elaborado durante cuatro años por más de 300 científicos y supervisado por la administración de Obama, sentencia que “El cambio climático, que una vez se consideró un problema propio de un futuro distante, se ha mudado firmemente al presente”.

Busca el documento desechar el lugar común de que el cambio climático afecta solo a los glaciares o a los osos polares, al asegurar que sus efectos se sienten ya en todos los rincones de EE.UU., a través de olas de calor cada vez más frecuentes, incendios más graves, lluvias torrenciales y sequías cada vez más extremas.

Además, el nivel del mar en todo el mundo ha ascendido al menos 20,3 centímetros desde que se empezó a guardar un registro de ello, en 1880, según el informe, que proyecta que a finales de siglo habrá aumentado entre 30 y 122 centímetros.

La principal razón de ese calentamiento está en la emisión de gases de efecto invernadero a través de la quema de carbón para lograr electricidad, el consumo de petróleo y gas en vehículos, la tala rasa de árboles y algunas prácticas agrícolas, señalan los científicos.“Los gases de efecto invernadero que ya están en la atmósfera nos han condenado a un futuro más caliente con más efectos relacionados con el clima en las próximas décadas”, apunta el estudio.

No obstante, subraya que la “magnitud” del recalentamiento global dependerá de la medida en que se limite la emisión de esos gases y, por tanto, de las políticas dirigidas a ese fin. Así, el informe pronostica que, hacia el final del siglo XXI, el aumento de las temperaturas puede ser de hasta 2,75 grados celsius si EE.UU. implementa políticas estrictas para reducir las emisiones de carbono, o de hasta 5,5 grados si las emisiones continúan aumentando rápidamente.
Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad con el presente y las futuras generaciones, dejemos de ser pasivos, mas bien actuemos en lo que nos toca. Seamos vigilantes de la tala de árboles indiscriminada, de la emisión de gases, el agua es vital y escasea, no abras una llave sino la vas a usar, no la desperdicies, pues otros muchos la necesitan,sino lo crees, recorre el país y mira como andan los rios secos. Siembra un árbol, cuida los bosques y defiende tus recursos naturales.

Por: Mayra De Peña de Caraballo

Fuente: Externa