Sabia naturaleza, no desperdicia nada, materia prima por excelencia que nos permite hacer turismo, aprendamos de ella
Por: Mayra De Peña.-
Mientras más conozco el comportamiento de nuestro ecosistema, más creo en Dios, los disfruto y cuido. Increíble el dinamismo que le caracteriza, en pro de continuar dotándonos de los elementos necesarios para contribuír a la calidad de vida nuestra y en esto se incluye el poder disfrutar de los espacios que nos permiten hacer turismo.
Ver el dinamismo de los ecosistemas nos enseña tanto. El mismo se expresa en los constantes cambios a lo que es sometido y en como sorbe los nutrientes sin obviar ningunos, completando un ciclo para dar inicio al próximo, enseñándonos acerca del reciclaje más que nadie en esta experiencia que llamamos vida. Cada ciclo es un gran aprendizase. Se regocija cuando inicia, se robustece en la cima de su crecimiento, acepta su declinar con estoicismo porque sabe que en ella nada se desperdicia.
Para muestra solo nos basta con mirar el importante papel de los suelos, que dentro de la ecología forma una parte esencial y actúa como una planta de reciclado de nutrientes que da soporte al funcionamiento de los servicios ecológicos, comprobándose que en la naturaleza, nada se desperdicia. Nos alegra ver que cada día la tendencia es alcista en lo relativo a minimizar los fertilizantes e insecticidas y a conservar un habitat saludable para la vida silvestre, produciendo productos orgánicos, pero aún nos falta recorrer un largo camino y derrumbar muchas fortalezas de intereses económicos.
Es nuestro deseo que cada día volvamos a nuestras raíces históricas, donde los nutrientes eran transportados por arroyos y corrientes a otros ecosistemas, ya que de no ser así, los mismos se pierden por erosión, transpiración o por su lixiviación de la tierra a los acuíferos subterraneos, conllevando esto que los ecosistemas pierdan nutrientes cuando el hombre cosecha los bosques, los cultivos o la vida silvestre y los transporta a un ecosistema diferente.
En los ecosistemas naturales en los que el hombre no interviene directamente aplicando fertilizantes químicos, el ciclo de nutrientes esencialmente se ocupa de si mismo, aunque tenemos que acotar, que aún así, los más naturales, aún sufren los impactos de la contaminación humana de los gases atmosféricos absorbidos por las plantas. Podríamos apuntalar muchos aspectos sobre este importante tema, lo haremos en otras entregas, los ecosistemas son nuestra fuente de vida en todos los aspectos.
Para todos los que de una manera u otra estamos involucrados en el área turística, debe ser un discipulado el promover el cuidado del medioambiente, porque si lo dañamos, cada día tendremos menos que ofrecer.
Fuente de datos: Riqueza Natural. Serie de libros de Conservación de CEMEX.