Si dependemos de los servicios que nos brinda la naturaleza, ¿Porqué degradamos?

Si dependemos de los servicios que nos brinda la naturaleza, ¿Porqué degradamos?

Afortunadamente, gracias a Dios, tengo un espacio alrededor de mi hogar, donde tengo sembrado árboles frutales y otros que al sentarme a degustar un rico café puedo disfrutar. El ver el ciclo de cosecha de mangos, aguacate, guanábana y limón, plátanos, unos mas largos, otros más cortos, me maravillo de lo sabia de la naturaleza y como la tierra nos regala esos frutos que tanto nos gusta y totalmente gratis y ni decirles del aire puro que nos ofrece, la sombra y el fresco que nos proporciona.

Foto: Manuel Caraballo Núñez

Muchas veces pienso en nuestra huella humana y me cuesta entender hacia donde vamos. Nos jactamos de creernos supermegainteligentes y nuestras huellas demuestran lo contrario y es que cuando veo todo lo que se ha hablado desde hace décadas, no puedo creer que hayamos avanzado tan poco en concienciarnos acerca del cuidado del medioambiente.

De hecho, desde el siglo XIX ya se abordaba del tema y ya para las décadas de los años 60, 70 y 80 se tomaron datos que revelaban que las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera estaban aumentando muy rápidamente, y se han realizado múltiples congresos y demas yerbas aromáticas pero nuestra huella continúa depredando, todo se ha quedado en promesas de cambio de actitud, porque sin lugar a dudas no se le ha dado el valor que tiene a nivel comunicacional nuestros recursos naturales, a tal nivel que muchas veces pensamos que los suministros le pertenecen en realidad a empresas o personas o transnacionales definidas, olvidándonos que sin los recursos naturales, como materia prima, esto no fuera posible.

No le hemos dado el sitial y la importancia que tienen nuestros recursos naturales que no son tan renovables como pensamos, por lo menos en el tiempo requerido para que las futuras generaciones no sufran, esto si nos referimos a los que son necesarios para la supervivencia humana, en lo referente a los alimentos.

Ni que decir en lo que nuestra huella incide en las elevaciones de las temperaturas, que creo que el 2.0 nos quedará corto en el tiempo que se ha determinado, y el deshielo no nos da tregua, aumentando los niveles del mar, ya los ciclos frutales están dislocados, los huracanes más frecuentes y fortalecidos, los terremotos, zunamis y erupciones de volcanes nos sorprenden en cualquier momento y aún asi, los intereses de las grandes potencias no ceden ante un eventual cambio que se nos irá de las manos.

Si hablamos del turismo pasa lo mismo, las incidencias de la huella humana en zonas protegidas se posan implacables, aún en desmedro de la preservación, olvidándonos de que si no cuidamos esos recursos, llegará el momento en que no tendremos que ofrecer al turista.

Si tomáramos consciencia del evaluar los servicios proporcionados por los ecosistemas para que podamos tener una vida fructífera y cómoda, nos daríamos cuenta del inmenso valor que tienen los mismos.

Hagamos consciencia del valor que tienen nuestros recursos y cuidémoslo, evitemos usar plásticos, reciclemos, sembremos un arbol, cuidemos nuestras playas, al hacer ecoturismo, respetemos. las zonas protegidas, seamos promotores del cuidado del medioambiente y prediquemos con el ejemplo, no le dejemos todo a los gobiernos, ni esperemos que el otro de el primer paso, preservar nuestros recursos naturales es asunto de todos.