Un baño de naturaleza, República Dominicana y sus tesoros naturales
Estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos de pandemias, de conflictos bélicos que pudieran tener efectos catastróficos, pero en medio de todo este escenario, en lo que nos toque, procuremos viajar, de no poder hacerlo visitando otros países, no dejemos de conocer el nuestro y es que “El mundo es un libro y aquellos que no viajan sólo leen una página”.dijo San Agustín…me encanta esta frase porque es exactamente nuestro pensar, y es que viajar enriquece tanto nuestro acervo cultural, abre nuestros ojos ante diferentes perspectivas…, pero para los que no lo hacen o no lo pueden hacer, existimos nosotros, llevándo hasta ustedes diferentes hojas de ese hermoso libro.
En esta oportunidad tomamos mochila en mano y salimos dede Santo Domingo, hasta Piedra Blanca, en República Dominicana, para tomar la carreterra Piedra Blanca-Juan Aldrián, Rancho Arriba y mostrarles la belleza de nuestra Coordillera Central , vista desde allí y dejénme decirles que el escenario, sin exagerar, fue sencillamente espectacular.
Desde sentirnos orgullosos de la carretera que conecta al Cibao con el Sur, aún con tramos sin terminar. hasta deleitarnos con esta naturaleza verde que nos privilegia , fue parte de esta nueva experiencia.
Les comento que mientras subíamos íbamos experimentando el cambio de clima…siendo esto de por si, un ganar, ganar. Uno de los atributos que tiene República Dominicana es que podemos estar bajo una temperatura de 30 grados celsius y de pronto, dos horas mas tarde tomando carretera llegarmos a tener 15 Celsius, y dependiendo de la zona, por ejemplo si es Constanza, hasta 3.
El día fue todo un recorrer, entramos por el Norte y salimos por el Sur, la aventura incluyó refrescarnos en el balneario de las Avispas y adentrarnos carretera arriba por Las Auyamas , tomar el camino de la cienaga, retomar el camino a la Presa de Jiguey-Aguacate.
Les comparto un secreto que disfruto a plenitud y es que además de pararme en un Mirador y sorber el aire puro y la majestruosidad de las montañas, adornado de ese cielo libre de contaminación que todavía tenemos el privilegio de tener, me encanta parar en los colmaditos a la orilla de la carretera y comprar una que otra cosa, charlando con los lugareños, practicando el turismo inclusivo evidenciando que estamos llenos de gente sana y bien intencionada, mostrándonos en el reflejo de su mirada su tranquilidad de espíritu y confirmando que son más lo buenos que los malos y que la vida es bella, todo depende de cuáles sean tus prioridades.
Hermosa panorámíca de la Cordillera Central |
Continuamos llenos de entusiamo, por los Mineros hasta los Cacaos, amigos, lo que nos muestran estas tierras es impresionante, luego de alimentarnos de la naturaleza, el cuerpo se reveló y degustamos un rico almuerzo en el restaurante Aubergine, en La Colonia-Cambita Garabito,
pasamos por San Cristobal y regresamos a Santo Domingo. En tan solo un día, mochila en mano…conocimos nuevas regiones, aprendimos de las costumbres de los lugareños, nos degustamos platos sobrosos, incluyendo el postre…un rico helado de aguacate , en fin leímos varias páginas de este libro que se llama viajar!!